Far Away

Capitulo 1: I miss you...

Now you're gone
Now you're gone
There you go
There you go
Somewhere I can't bring you back.
Now you're gone
Now you're gone
There you go
There you go
Somewhere you're not coming back.

The day you slipped away
Was the day i found
It won't be the same.

I miss you.

I miss you by Avril Lavigne



- ¿Danna? – dijo una voz a mis espaldas. El frío que me atravesó de repente, hizo que me abrazara a mi misma, mientras que con mucha dificultad me volví y vi a Collin parado allí, con una expresión de tristeza en su rostro.

- Dime. – mi voz sonó cortante, como un susurro.

Concentre mi mirada en ningún punto en particular del piso de la casa de Made, para no tener que mirarlo a los ojos y no derrumbarme en ese momento.

No podía soportarlo. Quería llorar, pero me dije que debía ser fuerte. Era lo menos que podía hacer. Pero cuanto lo deseaba. Cuanto deseaba tirarme al piso y llorar, llorar hasta que no salieran lágrimas de mis ojos, llorar hasta agotar la poca energía que me quedaba. Pero no podía hacerlo. No allí.

- Escúchame. – me ordeno el, tomando mi rostro entre sus manos, para que yo lo mirara a la cara. - ¿Por qué no intentas descansar? Ella se ha ido, Danna, pero tú y yo sabemos que quisiera vernos bien. Es lo que ella hubiera preferido. No conseguimos nada lamentándonos.

- No podría. No podría cerrar los ojos sabiendo que ella ya no estará conmigo. Se ha ido. La he perdido. La he perdido y no se como voy a sobrevivir sabiendo que ya no esta en este mundo. – dije, intentando contener las lágrimas, pero ellas ya habían empezado a salir de mis ojos, resbalando por mis mejillas, y no lo pude evitar. Me arroje a los brazos de Collin, buscando un poco de consuelo.

No sabía como iba a vivir sin ella, sin la persona que siempre me daba ánimos cuando mas lo necesitaba, sin la única amiga que siempre había estado apoyándome incondicionalmente sin importar cuales fuesen los problemas.

Aun recordaba su hermosa sonrisa, aquella que siempre hacia que una parte de uno se removiera. Su forma de ser, lo alocada y divertida que era. La recordaba a ella, a la chica que siempre, sin importar las consecuencias, hacia lo que fuera por ayudar a sus seres queridos. Y su gran corazón, porque si algo se podía decir de Madeline Andrews, era que tenia un corazón de oro.

Llore hasta que ya no salieron lágrimas de mis ojos, pero quería quedarme un poco mas abrazada a su cuerpo. Necesitaba con mucha urgencia la muestra de afecto.

- Creo que he mojado tu camisa. – dije, apartándome lentamente de su torso, al que había estado abrazada unos momentos atrás y del que no quería alejarme.

- No te preocupes. ¿Te sientes un poco mejor? – me dirigió una débil sonrisa, la que hizo que yo también le sonriera un poco.

- Si, gracias. Gracias por estar siempre conmigo, Collin. No se que haría sin ti en este momento. Aun me cuesta aceptar que ya no voy a ser parte de sus locuras. – sabia que sonaba débil, más de lo que quería, pero como me estaba sintiendo en aquel instante: como si el mundo se me fuera a caer encima; era realmente un logro.

Stephen, el novio de Made, salio a la terraza, donde nos encontrábamos Collin y yo sentados en un banco.

Ellos se conocían desde poco mas de unos siete meses, pero yo sabia que Made había estado enamorada de el desde el principio. Lo había notado en su mirada, lo risueña que se ponía cuando hablaba de cuando ellos estaban juntos, como se sonrojaba cada vez que el se acercaba. Eran puros síntomas del enamoramiento y yo, los había notado. Y siempre me había sentido feliz por ella, porque por primera vez la había visto verdaderamente contenta, de una forma que yo misma no sabia explicar. Pero esa felicidad había cambiado unos días antes de su asesinato.

Recuerdo que le había preguntado lo que le sucedía, pero ella siempre, o cambiaba de tema o simplemente decía “nada”.

- ¿Qué te sucede? Y no quiero una evasiva o un nada. Desde hace días te has comportado diferente, y si te pregunto algo me respondes con monosílabos. – le había dicho, unos días antes, preocupada por su extraño comportamiento.

- Nada. – le dirigí una mirada severa. - En realidad si me sucede algo, es solo que no puedo decírtelo. Aun no. – me había contestado.

- ¿No confias en mi?

- ¡Claro que confío en ti! ¡Eres mi mejor amiga desde siempre! Es solo que ni yo misma lo he asimilado. Cuando yo sepa explicártelo, te lo diré.

- ¿Me lo juras? – le había preguntado, no muy convencida de su respuesta.

- Te lo juro. Te lo juro por Collin que cuando este preparada te lo diré.

- ¡Oye! – había replicado Collin, indignado porque ella hubiese jurado por el.

- Y eso quiere decir que nunca me lo dirás. – había dicho yo, molesta con ella.

- Por supuesto que te lo diré. Y si no te lo digo, el será el que sufrirá las consecuencias. – atestiguo ella, señalando a Collin con un dedo.

- Me odias a muerte, ¿verdad? – habia preguntado Collin, aun ofendido.

- No te odio a ti en general. Solo odio lo que eres. Eres un Collin baboso y nerd.

- Gracias.

- De nada. – dijo ella, son riéndole malvadamente. Y en sus múltiples peleas, las que no dejaban de tener por un solo día,  ya habíamos cambiado de tema.

Ahora tenía una gran duda. Una que no se respondería jamás. Aquella que me estaba carcomiendo por dentro, la que muchos de nosotros nos preguntamos y la que, estoy segura, no tendría una respuesta muy deseada.

¿Quién la asesinó?

Observe a Stephen silenciosamente. Sabia que el lo estaba pasando tan mal como nosotros. Sabia que el tampoco podía entenderlo aun y sabia que le dolía tanto como me dolía a mi y a todos los que estábamos allí presentes, pero al igual que muchos, el intentaba disimularlo.

Me levante del asiento y me acerque a el sigilosamente. No sabia que decirle, no sabia que decirme a mi misma siquiera. Por lo que solo me coloque a su lado, mirando tan lejos y recordando tantas cosas que habíamos compartido juntas. Ella se había llevado una parte de mi, esa parte que seguiría vacía siempre, porque nada podría llenarla, nada podría enmendar el hecho de que ya ella no estaría aquí conmigo.

Permanecimos unos minutos en silencio, mirando hacia la nada, hasta que el por fin hablo.

- Ella era lo mas importante para mi y ahora que se ha ido, no se como podré seguir adelante con mi vida. Es como si al irse, hubiera arrancado una parte de mí para llevársela consigo. – su tono de voz era tan triste, que tuve el impulso de abrazarlo. Al igual que el, yo me sentía de esa manera y entendía a la perfección su dolor.

- ¿Sabes? Aunque no soy muy religiosa, creo que ella nos esta observando desde el cielo y quiere todo lo mejor para nosotros, Stephen.

- ¡No quiero que nos observe desde el cielo! ¡La quiero aquí! ¡Aquí a mi lado! – grito el, echándose a un lado.

De un momento a otro, comenzó a golpear una mesa que estaba a una esquina de nosotros. Se había descontrolado y yo no sabia que hacer. Algunas personas que estaban dentro de la casa salieron  a ver lo que estaba sucediendo fuera. Después de un momento y de haber golpeado lo suficiente aquella mesa, se dejo caer al piso, cansado de tanto dolor, y pude ver que estaba llorando. Me arrodille a su lado y lo abrasé, porque yo sabia que eso era lo que el necesitaba. Al igual que yo, el necesitaba un poco de cariño para poder seguir con esto, y un abrazo demostraba tanto en aquellos momentos de amargura, que tranquilizaba un poco.

- Quien le hizo esto, tenlo por seguro que pagara las consecuencias. Ella simplemente no se merecía que… - aun el no dejaba de llorar mientras me decía aquellas palabras y a mi también volvieron a deslizárseme lagrimas de los ojos. Estuvimos tirados en el piso por mucho tiempo, sin cruzar palabra alguna, solo allí, sentados.

Cuando ambos tuvimos la fuerza suficiente como para levantarnos y ya habíamos llorado bastante, la casa de Made estaba en un completo silencio. Ya no podía escuchar murmullos o gritos, ni tan solo a la madre de Made por los alrededores. Todo el mundo se había ido y el único que quedaba era Collin, pero ni siquiera su respiración se podía escuchar en la tensa atmósfera.

A veces me preguntaba que seria de mi vida sin Collin. Que hubiese sido de mi difícil vida sin la presencia de mi mejor amigo apoyándome. Siempre había sido una gran parte de mi, como lo había sido Made. Y en ese instante tampoco se que hubiese pasado si el no estuviera conmigo.

Después de asegurarnos de que Stephen se podía ir seguro a su casa, Collin me acompaño hasta lo que una vez fue mi hogar. Porque para mí, aquella estructura fuerte y sólida que una vez fue parte de mi vida, ya no lo era. Mis padres se habían asegurado de destruir a esta familia, habían hecho lo posible para que la familia “Gardner” se desintegrara, sin importarles ni un poco si me afectaba o no. Sin importarles el sufrimiento que me podían causar.

- ¿Iras a la escuela mañana? – pregunto Collin, rompiendo el silencio.

- No me queda de otra. Mama no va a permitir que me quede en casa. A ella no le importa nada lo que me suceda y mucho menos le va a importar como me sienta. – dije.

- No deberías de decir eso. Sabes que tu madre te quiere, Danna. Que tus padres se hallan separado no quiere decir que ya no les importes.

- Parece que no les importé cuando tomaron la decisión de divorciarse.

- ¿Estarías mas contenta si estuvieran juntos, sabiendo que ya no son felices uno al lado del otro? – Odiaba sus preguntas, odiaba cuando el tenia razón y odiaba que el me pusiera a reflexionar. – Créeme, te sentirías peor si estuvieras en este momento escuchando sus peleas.

- Lo dices porque tu familia aun esta intacta. – dije irónica, defendiéndome de sus palabras.

- Ya no se que mas decirte para que entiendas que lo que hicieron fue lo mejor. – el suspiro cansadamente, luego se paro frente a mi y se cruzo de brazos.

- Lo mejor para ellos, ¿no es cierto? ¿Podemos cambiar de tema? – dije molesta, porque sabia que todo lo que el me decia era la verdad. Sabía que para mis padres tampoco habia sido nada fácil, pero no quería admitirlo.

Seguimos caminando hasta que estuve frente a mi casa, luego me voltee para despedirme de Collin.

- Estoy de acuerdo en una cosa con Made.

- ¿Qué? – pregunto el, curioso ante mis repentinas palabras.

- Que eres un Collin baboso y nerd, – dije sonriéndole. – pero aun así sigues siendo mi mejor amigo y quiero que sepas que te quiero. – el se mostró ofendido y me dirigió su famosa sonrisa, la que en ocasiones no muy seguras, me habia dejado sin habla. Nos despedimos y me quede observando su silueta alejarse por la acera, después, mirando la intensa oscuridad, por un momento desee poder estar sola en este cruel mundo y poder llorar sin que nadie me viera o sintiera compasión de mi, solo llorar para mi misma. Llorar por todas las cosas que estaban sucediendo en mi vida era lo que quería, porque estaba segura de que solo llorando podría sentirme mejor, pero llorar no me llevaría a nada, ni haría que mis padres estuvieran juntos de nuevo y tampoco haría que Made regresara, por lo que me obligue a reprimir las lagrimas que quería volver a derramar.

La puerta de mi “casa” se abrió. Parecía como si mi madre hubiera estado esperando a que yo llegara. Me gire de cara hacia la puerta y vi el semblante de alivio que reflejo su rostro al verme.

- Estaba preocupada por ti, Danna. –alegó ella.

- Pues no debiste molestarte, ya estoy aquí. – afirme fríamente. – No se porque te preocupas. Después de todo yo no te importo.

- No vuelvas a decir eso, jovencita. – replico ella, tornando su rostro frío y severo. Luego me dirigió una mirada de tristeza. - Siento no haber podido ir, pero tenía mucho trabajo. Sabes que estamos pasando por momentos difíciles en la empresa. Y siento mucho lo de Madeline.

- Si bueno, como tú digas.

- Escúchame, Danna…

- ¡No quiero escucharte! ¡Por esa misma razón tú y papa terminaron! ¡Por esa misma razón ya no somos la familia que éramos antes! – grite, entrando por la puerta y corriendo hacia las escaleras.

Ansiaba poder meterme en mi habitación y llorar por horas y horas hasta que el sueño pudiera conmigo, y despertar y darme cuenta de que todo esto había sido solo un mal sueño, uno que no quería volver a tener.

En uno de los tramos de la escalera tropecé con un escalón y caí. Sin muchas fuerzas como para levantarme me quede allí sentada y no movi ni un dedo para intentar levantarme. Las lágrimas  brotaron sin poder dominarlas. El dolor que sentía me estaba matando, haciendo que sintiera mas debilidad que nunca y todo lo que quería guardar para mi sin que nadie lo supiera, ese intenso dolor lo estaba reflejando.

Sentí como unos brazos me abrazaban fuertemente y me deje llevar por la seguridad que experimente, una que me hacia feliz y la que me hacia tanta falta. Y llore en sus brazos sin importarme cuan molesta estaba con ella, sin importarme nada.

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Aforismo de Danna: Perderla me ha demostrado que este mundo sigue siendo un mundo cruel, porque ahora ya no puede estar a mi lado. Pero aun asi me levanto, sigo mi vida, intento ser feliz, aunque sepa que ese vacio que ella ha dejado en mi, nunca volvera a llenarse.

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¡Lo sé, lo sé, lo sé! Se que tarde un millón de años luz para publicar, pero nadie puede evitar los problemas cuando se les presentan y yo puedo asegurar que los mios no fueron pocos: problemillas en casa, el maldito Word como siempre tuvo sus problemas y perdí el primer capi cuando ya iba muy lejos (realmente no se puede confiar en los programas) , las tareas escolares, que si sucedió algo, blablabla. Ya saben los problemas usuales.

Pero ya estoy aquí y les traje el primer capitulo de mi nueva historia: Far Away!!!

Espero que les guste y no olviden dejar su huellita!!!

T.K.M.♥♥♥