Far Away

Capitulo 2, parte I: Dreams...

All my life
is changing every day
in every possible way
in all my dreams
it's never quite as it seems
never quite as it seems.

i know i've felt like this before
but now i'm feeling it even more
because it came from you
then i open up and see
the person falling here is me
a different way to be.

Dreams by The Cranberries

- Es hermoso. ¿No crees? – dije, mirando hacia el cielo. Aquel cielo lleno de estrellas que, desde donde nos encontrabamos, parecían tan diminutas.

Tiradas en el verde pasto del patio de mi casa, estábamos Made y yo, observando lo hermoso de la noche. Allí, con la luna llena y la claridad que de ella provenía, aquella noche parecía mágica y, en muchos aspectos, diferente.

- Si, es precioso. Cuando sea grande y tenga una bolsa llena de dinero, me comprare un cielo como este, que este lleno de estrellas y que tenga una hermosa luna llena también. Y después, cada noche, tú y yo nos acostaremos en el césped de nuestro gran patio y lo contemplaremos por horas y horas hasta que salga el molesto Sol. – dijo soñadoramente, suspirando y entrelazando sus dedos con los míos.

- Pero… ¿No dormiremos? – pregunte, entrecerrando mis ojos, los cuales estaban un poco adormilados, mientras aun seguía con mi vista fija en aquella hermosa creación.

- No. – fue su respuesta.

- Pero, estaremos muy cansadas para ir a la escuela y…

- No habrá escuela, ni tampoco tendremos sueño. – me corto y luego me miro y sonrió.

- ¿Cómo sucederá eso?

- ¡Fácil! A la primera estrella fugaz que pase, le pediremos un deseo y ella nos lo cumplirá, y veras como mañana no tendremos que ir a la escuela, ni después, ni nunca, y nos podremos quedar aquí para siempre, solo mirando esta preciosidad de noche.

- Será divertido, ¿verdad? – di un enorme y cansado bostezo.

- Si, muy divertido.

Permanecimos unos minutos en un completo silencio, disfrutando de la tranquilidad, de la casi mágica luz que emanaba la luna llena, disfrutando de estar una al lado de la otra.

- ¿Made? – susurre después de transcurridos unos silenciosos minutos, ya muy cansada como para mantenerme despierta. Pero ella no contestaba, no decia palabra alguna y todo comenzó, de un momento a otro, a desaparecer.

El hermoso cielo, que antes era capaz de hipnotizar a cualquiera que lo mirara, se convirtió en solo oscuridad. El cuerpo de Made, que instantes atrás yacía postrado en el pasto, se iba desvaneciendo. Y ya nada de lo mágico de la noche, se podía observar. Todo pareció oscurecerse de repente.

Entonces mi cuerpo, aquel frágil cuerpo de niña de seis años que antes descansaba satisfecho en la hierba, ahora se encontraba en el bosque, rodeado de árboles inmensos y de los extraños sonidos de algunos animales que provocaban pavor el solo pensar en ellos. Poco a poco me fui sintiendo más débil, sin fuerzas para sostenerme en pie por un rato más, y empecé a temblar de pies a cabeza.

- ¿Made? – volví a susurrar, con la ilusión de que ella apareciera y me abrazara y que también saliéramos juntas de allí. Pero aun nada.

El crujido de las ramas de los árboles meciéndose y el súbito sonido de lo que pude distinguir como un murciélago, me pusieron mas temerosa aun. Quise correr, pero mis pies no respondían a la orden de mi cerebro. Era como si estuviera en una parálisis temporal y por más que mi mente le ordenara a mi cuerpo que ejerciera algún movimiento, no podía.

Buscando el talvez existente rastro de alguien o de algo, pude divisar a lo lejos la casita, una hermosa casita de madera pintada de azul que mi padre nos habia construido cuando teníamos cinco años, a la que siempre habíamos acudido todos los dias después de la escuela, donde teníamos tantos fantásticos y hermosos recuerdos imborrables, y el único lugar que nos habia servido, en muchas ocasiones, de refugio.

Otra vez volví a hacer el intento de correr, a lo que mis pies respondieron cansinamente pero con disposición.

Entretanto, los pasos que daba, emitían chirridos en las hojas que habían caído desde los árboles, dándome un poco mas de miedo. Mientras más caminaba, era como si más lejos se me hiciera el camino a la casita, como si más inalcanzable se volviera.

Caminaba lentamente, puesto que el frío y las pocas fuerzas que tenia, no me dejaban correr. Poco a poco fui acercándome más a lo que anteriormente aparentaba ser inaccesible. La casita en ese momento estaba iluminada por la luz de una vela, lo que pude alcanzar a ver desde las pequeñas ventanas de madera que ya estaban cogiendo un poco de moho pero que seguían intactas.

No habíamos ido allí en dias por lo que recordaba, y la luz de la vela nunca permanecía encendida. Intente abrir despacio y sigilosamente la puerta, pero esta produjo un ruidoso chillido, haciendo que diera un brinco de asombro. Entré, acercándome a la caja donde guardábamos nuestros tesoros mas preciados, buscando mi osito de peluche que me habia regalado Made el día que su madre nos habia llevado a la feria que se celebraba todos los años en el pueblo, pero en mi intento de abrirla, la puerta se cerro de golpe, produciendo el acelere de mi corazón. No le di mucha mente y tome mi peluche al que le habia llamado “Living”, sin saber porque exactamente. Lo abrasé con fuerza y me senté en el piso, sintiéndome un poco mas aliviada, pero no mejor, no como me gustaría haber estado.

Estaba asustada, en el bosque y con un sin numero de probabilidades de que me sucediera algo, y lo peor de todo era que mi débil cuerpo no podía ya casi ni moverse. Cada vez me sentía más y más frágil, sin ganas de realizar algún movimiento.

Abrasé fuertemente a Living y me quede mirando hacia la nada, sintiéndome  más débil y temerosa que antes, y con una extraña sensación de que algo iría a suceder…

Dure unos cuantos minutos así, abrasada a el y meciéndome de lado a lado, intentando controlar los nervios que me consumían enteramente.

Un grito ensordecedor se escucho desde afuera de la casita, uno que llego hasta mis oídos y el que pude distinguir como el grito de una niña, una niña a la que conocía como la palma de mi mano. Una niña llamada… Made.

Mi cuerpo inmediatamente reacciono, levantándome de un golpe del piso y dejando a su paso que cayera de mis manos el osito. Me acerque indecisa a la puerta y la abrí, no muy segura de lo que estaba haciendo, para después enfrentarme de nuevo con la oscuridad que habia afuera.

- ¡Made! –grite, empezando a caminar con pasos torpes.

Ella no respondía. De nuevo. Otra vez me invadió aquella sensación de inquietud que me decia que algo andaba mal. Continué caminando con aquel frío que me erizaba los vellos de la piel y con la poca resistencia que ya me quedaba. Pero en ese momento mis preocupaciones no eran si me estaba congelando o si de un instante a otro iría a caer al piso, mi gran preocupación, y la única, era saber si Madeline estaba en perfecto estado y si aquel grito de horror, solo habia sido producto de mi imaginación y del miedo que me asalto desde que todo aquello comenzó, desde que ya las hermosas estrellas no eran parte del entorno.

- ¡Made! –grite de nuevo, ahora mas indispuesta a continuar, pero eso no me obligo a detenerme, solo seguí caminando, tiritando y mirando a cada lado cada vez que sentía el mas mínimo ruido.

Entonces, otro pequeño pero no insignificante sonido, entro por mis oídos. Me detuve de inmediato al escuchar los pasos que se avecinaban hacia mi, un poco esperanzada de que apareciera Made, pero el solo ver la silueta de un cuerpo de adulto al que no le pude ver el rostro acercarse desde lo lejos, supe instintivamente que debía correr, correr y no parar, correr hasta salir de aquella pesadilla.

Aunque mis pies hubiesen estado débiles anteriormente, en aquella ocasión habían recuperado unas fuerzas increíbles, las que quizás me hubiese dado la urgente necesidad de salir huyendo de ahí. Corrí lo mas rápido que me lo permitían mis pies, tropezando de vez en cuando con algunas ramas de árboles y respirando entrecortadamente, sin detenerme a mirar hacia atrás.

Pero algo sólido tirado en el suelo hizo que frenara mis zancadas y me quedara observado pasmada su pequeño y delgado cuerpo, sin emitir ningún sonido, sin respirar tan siquiera, mirando entumecida su cuerpo bañado en sangre y una extraña marca adornaba su frente, la cual, estaba segura, habia sido hecha con el filo de un cuchillo, el mismo cuchillo que habían utilizado para mutilarla, y las fuerzas y las esperanzas se desvanecieron, al igual que todo mi mundo, cayendo al suelo en el que estaba aquel espeso liquido de color vino. Donde se hallaba ella…

♀♀♀

Me desperté sobresaltada debido al extraño sueño que habia tenido, con mi frente empapada en sudor y mi cuerpo temblando. Una rápida mirada al despertador me dio la hora. Eran las 3:00 a.m., una no muy adecuada hora en la que estar despierta, aunque ya no me importaba, como tantas otras cosas que dejaron de tener importancia. Me levante de la cama dificultosamente, dirigiéndome al baño. Me acerque al retrete y me lave la cara, observando mi reflejo en el espejo que colgaba de la pared.

Mi rostro estaba mas pálido que nunca, unas enormes ojeras estaban formadas alrededor de mis ojos que eran de un extraño color pardo, y estos estaban enrojecidos, dándome un aspecto mas demacrado.

Este año escolar lo iba a comenzar de todas formas, menos bien. Todo lo que me habia mantenido con fuerzas para poder seguir viviendo en este asqueroso mundo, se habia muerto. Todas mis ilusiones y sueños, se habían evaporado junto a ella.

Tome una toalla y me sequé la cara, volviendo a mirarme en el espejo, pero el rostro que vi reflejado, hizo que se me frenara el corazón, sintiendo como todo daba vueltas y al mismo tiempo se congelaba. Como se tornaba borroso todo lo que me rodeaba…

♀♀♀♀♀♀

Aforismo de Danna: Las horas pasan, los dias terminan, y yo aun sigo aqui, esperando poder despertar de esta pesadilla en la que se ha convertido mi vida desde que te fuiste, esperando volver a sonreir de verdad...